Diversidad cultural y de género

Diversidad cultural y de género

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Estrategia de Diversidad de Género


El concepto de diversidad cobra una gran importancia en la sociedad y, más
concretamente, en las organizaciones, perfilándose como una innovadora estrategia para
mejorar la adaptación a los cambios socioeconómicos actuales y que puede ser útil para
mejorar la competitividad laboral y para optimizar el aprovechamiento de los recursos humanos
disponibles. La idea central del concepto de diversidad es el máximo aprovechamiento del
talento ofrecido por grupos heterogéneos, es decir, diversos en cuanto a sexo, edad, raza,
etnia, nacionalidad, etc. El criterio de diversidad enfatiza la variabilidad interindividual, de
manera que cada persona se valora por lo que es y por su potencial, sea cual sea su
procedencia étnica, nacional, cultural o de género.
La Diversidad de Género es una estrategia dirigida a lograr cambios tanto en mujeres
como en hombres creando espacios inclusivos donde todas y todos van a obtener resultados
beneficiosos. Esta estrategia plantea el reconocimiento de las aportaciones de las mujeres y de
los hombres, diversas y variadas, pero válidas y necesarias todas ellas para afrontar los
requerimientos actuales del entorno socioeconómico
actual. En este sentido, es posible
compatibilizar la diversidad de género con la igualdad de oportunidades.
Teniendo en cuenta la pluralidad de las personas que forman las organizaciones, es
necesario gestionar esta diversidad desde la propia diversidad. En los equipos de dirección hay
que recoger una amplia gama de talentos, visiones y maneras de hacer. En definitiva, hay que
contar con estilos directivos diversos para optimizar el aprovechamiento de los recursos
humanos disponibles, esto es, con equipos diversos que se adapten a la realidad actual. La
diversidad de los equipos de dirección implica contar con mujeres y hombres que respondan a
una serie de habilidades y competencias necesarias para desempeñar puestos directivos.
Aunque tanto hombres como mujeres pueden exhibir cualquier tipo de conducta, cuando
hablamos de grupos se tiende a vincular a las mujeres las características estereotipadamente
femeninas, entre otras la capacidad de escucha activa, la empatía o la habilidad para motivar, y
a los hombres características estereotipadamente masculinas, por ejemplo, la asertividad, el
control o el razonamiento estratégico.
Como la diversidad de género en los perfiles de dirección es un valor añadido para las
organizaciones laborales, las empresas tienen que contar con directivas y directivos en sus
equipos de dirección. Solamente la consecución del equilibrio de género en la dirección de las
empresas logrará una mayor competitividad y reportará mayores beneficios para las personas y
para la sociedad en su conjunto.

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