Diversidad cultural y de género

Diversidad cultural y de género

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Equidad de género!


¿Sueño o realidad?



"…Yo tuve una educación sexista. Mis padres no me dejaban jugar, ni siquiera estudiar con mis hermanos; aduciendo que las hembras no eran iguales, y lo que hacía un macho bien estaba, pero con las niñas era diferente…"

La confesión hecha al calor de un comentario entre amigas motivó el tema de este trabajo, pues si bien ya hoy en día resultan cada vez menos los padres que promueven una crianza y educación diferenciadas para su descendencia de uno y otro sexos, todavía subsisten criterios y concepciones que lastran el sentido igualitario que debe regir a la hora de educar a nuestros hijos e hijas.

Durante siglos la cultura occidental se ha asentado entre otros en el principio que las mujeres son diferentes de los hombres, inferiores y "dependientes", sustentado además en el criterio arraigado de la mujer como sexo débil y el hombre ser fuerte y agresivo. Esta forma de pensamiento llegó a convertirse en un modo de conducta y creó determinados estereotipos.

Desde la antigua Grecia ya se les asignaba a los dioses las cualidades masculinas de fuerza y vigor y a la mujer la belleza, la sensualidad, además de ser pasivas.

Sin embargo hoy estamos en condiciones de pensar que no son los factores biológicos los que limitan la participación de la mujer, sino que son factores socioculturales los que están incidiendo con gran fuerza.

En todo el siglo xx la participación social de la mujer ha ido creciendo, interviene en el mercado laboral, lo cual ha permitido ganarse un espacio y sumarse a un movimiento reivindicativo en busca de mejorías y garantías sociales; además del derecho ganado de participar en la política y ascender a cargos públicos, y en especial la lucha por el derecho a decidir sobre su condición de gerente de la conservación de la especie humana.

El desarrollo industrial permitió la entrada de la mujer en la dinámica político-administrativa y creó una visión diferente que rompe viejos paradigmas sobre su participación en la vida social.

Algunos autores de los Estados Unidos comenzaron a utilizar el término de género en lugar de sexo para designar las dimensiones psicológicas, culturales y sociales de la masculinidad y la feminidad, y mientras que sexo se utilizaba para designar las distinciones dicotómicas entre hombres y mujeres, basadas en las características fisiológicas que están determinadas genéticamente. Por consiguiente las diferencias entre sexo y género estaban destinadas a clarificar lo biológico frente a lo cultural.

21 de mayo: Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo

Tras la adopción de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural en 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo "Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo".

El día ofrece una oportunidad de profundizar nuestras reflexiones sobre los valores de la diversidad cultural para aprender a "vivir mejor" juntos. Es la razón por la que la UNESCO apela a los Estados Miembros y a la sociedad civil para celebrar este día asociando al mayor número de actores y colaboradores.

Importancia de la Diversidad Cultural


También la diversidad cultural debe considerarse como parte de la biodiversidad.

Al igual que la diversidad genética o de especies, algunos atributos de las culturas humanas (por ejemplo, el nomadismo o la rotación de los cultivos) representan "soluciones" a los problemas de las supervivencia en determinados ambientes.

Además, al igual que otros aspectos de la biodiversidad, la diversidad cultural ayuda a las personas a adaptarse a la variación del entorno.


La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad dellenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.

GENERO

  • La participación social de la mujer está limitada mayormente por factores socioculturales y no biológicos.
  • El término género comenzó a utilizarse en lugar de sexo hace más de 25 años.
  • Las mujeres debemos realizar un esfuerzo mayor para acceder a cargos de dirección que los hombres.
  • Para lograr la verdadera emancipación femenina a las mujeres nos falta tener más confianza en nosotras mismas; y a los hombres que tengan más confianza en las mujeres.
  • En el ámbito de la ciencia y la técnica las desigualdades actuales no son por concepto de género.
  • El fenómeno de la igualdad o desigualdad se manifiesta de acuerdo con el nivel educacional de la población.
  • Es el medio social el que condiciona las preferencias de las mujeres y hombres por unas ramas u otras de las ciencias.
  • Existen legislaciones vigentes en Cuba que protegen a la mujer, aunque se necesita seguir avanzando para alcanzar la igualdad de género en muchos ámbitos profesionales.
  • En los últimos 15 años hemos tenido que enfrentar grandes dificultades de índole material que nos han obligado a hacer un esfuerzo extraordinario para mantenernos activas y actualizadas en los ámbitos de la ciencia y la técnica.
  • ¿Por qué se fomenta la equidad de género?


    La equidad de género es un derecho humano. Las inequidades estructurales y las relaciones desiguales de poder hacen que las mujeres y los hombres no gocen de los mismos derechos socioeconómicos y políticos. La promoción de derechos iguales para mujeres y hombres no pretende imponer un modelo universal de relaciones de género, común a todas las sociedades y culturas. Su objetivo es simplemente permitir tanto a las mujeres como a los hombres definir la equidad de género a la que aspiran en sus contextos particulares.

    RESPETO A LA EQUIDAD Y DIVERSIDAD DE GENERO

    • La equidad de género es un derecho humano, esta no pretende imponer un modelo universal de relaciones de género, común a todas las sociedades y culturas, su objetivo es permitir definir la equidad de género a la que aspiran en sus contextos particulares.

    • LA EQUIDAD HABLA DE IGUALDAD HOMBRE Y MUJER POR IGUAL CON LAS MISMAS CAPACIDADES, LAS MISMAS OPORTUNIDADES Y SOBRE TODO LOS MISMOS DERECHOS

    Estrategia de Diversidad de Género


    El concepto de diversidad cobra una gran importancia en la sociedad y, más
    concretamente, en las organizaciones, perfilándose como una innovadora estrategia para
    mejorar la adaptación a los cambios socioeconómicos actuales y que puede ser útil para
    mejorar la competitividad laboral y para optimizar el aprovechamiento de los recursos humanos
    disponibles. La idea central del concepto de diversidad es el máximo aprovechamiento del
    talento ofrecido por grupos heterogéneos, es decir, diversos en cuanto a sexo, edad, raza,
    etnia, nacionalidad, etc. El criterio de diversidad enfatiza la variabilidad interindividual, de
    manera que cada persona se valora por lo que es y por su potencial, sea cual sea su
    procedencia étnica, nacional, cultural o de género.
    La Diversidad de Género es una estrategia dirigida a lograr cambios tanto en mujeres
    como en hombres creando espacios inclusivos donde todas y todos van a obtener resultados
    beneficiosos. Esta estrategia plantea el reconocimiento de las aportaciones de las mujeres y de
    los hombres, diversas y variadas, pero válidas y necesarias todas ellas para afrontar los
    requerimientos actuales del entorno socioeconómico
    actual. En este sentido, es posible
    compatibilizar la diversidad de género con la igualdad de oportunidades.
    Teniendo en cuenta la pluralidad de las personas que forman las organizaciones, es
    necesario gestionar esta diversidad desde la propia diversidad. En los equipos de dirección hay
    que recoger una amplia gama de talentos, visiones y maneras de hacer. En definitiva, hay que
    contar con estilos directivos diversos para optimizar el aprovechamiento de los recursos
    humanos disponibles, esto es, con equipos diversos que se adapten a la realidad actual. La
    diversidad de los equipos de dirección implica contar con mujeres y hombres que respondan a
    una serie de habilidades y competencias necesarias para desempeñar puestos directivos.
    Aunque tanto hombres como mujeres pueden exhibir cualquier tipo de conducta, cuando
    hablamos de grupos se tiende a vincular a las mujeres las características estereotipadamente
    femeninas, entre otras la capacidad de escucha activa, la empatía o la habilidad para motivar, y
    a los hombres características estereotipadamente masculinas, por ejemplo, la asertividad, el
    control o el razonamiento estratégico.
    Como la diversidad de género en los perfiles de dirección es un valor añadido para las
    organizaciones laborales, las empresas tienen que contar con directivas y directivos en sus
    equipos de dirección. Solamente la consecución del equilibrio de género en la dirección de las
    empresas logrará una mayor competitividad y reportará mayores beneficios para las personas y
    para la sociedad en su conjunto.

    Vivimos en un mundo diverso


    Las organizaciones actuales están inmersas en un constante cambio caracterizado, entre
    otros aspectos, por la internacionalización y globalización de mercados, el aumento de la
    inversión extranjera, la liberalización de determinados sectores, la continua revolución
    tecnológica y la diversidad en la fuerza laboral (Ramos, Sarrió, Barberá y Candela, 2002).
    En este sentido, un fenómeno claramente constatable es el hecho de que vivimos en un
    mundo diverso que tiene en la actualidad su mayor reconocimiento y esplendor. El análisis de
    la diversidad puede hacerse a distintos niveles. A nivel global la diversidad está relacionada
    con la cultura, normas y valores de las diferentes regiones y países. A nivel organizacional y
    empresarial, la evidencia de la diversidad tiene que ver con las actividades, con el capital
    humano que forma la empresa –las personas que trabajan en ella, accionistas, clientes,
    proveedoresy
    con las políticas organizacionales. Y a un tercer nivel, la diversidad personal se
    refiere a una amplia variedad de rasgos, dimensiones psicológicas, aspectos biográficos y
    modos de actuar. Estas características pueden ser visibles (edad, sexo, raza) o invisibles
    (religión, orientación sexual, género, etc.).
    Las características diversas de las personas son las verdaderas responsables de la
    innovación y la creatividad, pero al mismo tiempo son las que más conflicto pueden generar.
    Los cambios del entorno socioeconómico
    actual obligan a replantear la cultura y las políticas
    de la organización hacia la gestión de la diversidad.

    El Techo de Cristal. Barreras de Género


    La discriminación de género en los puestos directivos ha dado lugar a la definición de la
    metáfora del «techo de cristal» (glass ceiling) (SegermanPeck,
    1991) acuñada a partir de los
    años ochenta:
    “Barreras invisibles que impiden a muchas mujeres con elevada
    cualificación y capacidad personal y profesional acceder a los niveles de
    dirección y responsabilidad más elevados y promocionar en ellos. Estas
    barreras invisibles son obstáculos implícitos derivados de prejuicios
    psicológicos y organizativos”.
    La explicación sobre los motivos por los que existe esta situación de desigualdad entre
    mujeres y hombres es muy compleja, pues la discriminación se ejerce mediante múltiples
    mecanismos difíciles de analizar y demostrar:
    Factores
    sociales y organizacionales externos
    Las
    explicaciones basadas en factores personales internos
    Barreras
    interactivas

    La situación de las mujeres en el mercado laboral


    Podemos decir que la igualdad formal entre mujeres y hombres es una realidad casi
    generalizable a todos los contextos, al menos en nuestro entorno cultural. Sin embargo, tanto el
    análisis cuantitativo como el cualitativo de las cifras estadísticas ponen de manifiesto las
    grandes diferencias que existen entre la población masculina y la femenina, siendo las mujeres
    las que se encuentran en una situación de inferioridad y de discriminación en casi la totalidad
    de los casos.
    Concretamente, en el mercado laboral, la situación de discriminación se constata a través
    de numerosos aspectos: las mujeres ocupan distintas ramas de actividad económica respecto
    a los hombres, perciben un salario inferior, su tasa de desempleo es muy superior, tienen
    peores contratos, suelen trabajar más a tiempo parcial. En definitiva, se incorporan al mercado
    de trabajo en condiciones inferiores a los hombres. Esto es, a pesar de que en el momento
    actual las mujeres tienen un nivel de formación elevado, constituyendo la generación femenina
    mejor preparada de todos los tiempos, y de que se han integrado plenamente en el mundo
    laboral.
    Las diferencias entre hombres y mujeres son incluso más llamativas en los cargos de
    mayor responsabilidad. A medida que se asciende en el nivel jerárquico de las empresas, la
    presencia de las mujeres se reduce al tiempo que aumenta la de los hombres, siendo en
    algunos casos total. La ausencia de las mujeres en los estamentos de poder de las
    organizaciones laborales privadas o públicas es un indicador de discriminación que impide que
    la mitad de la población participe en el planteamiento de necesidades a resolver, en las
    negociaciones, en las acciones a plantear, en definitiva, en la toma de decisiones importantes
    del entorno socioeconómico.
    Esta situación de discriminación de género, además de atentar contra los derechos
    humanos y la justicia social, invisibiliza el potencial de las mujeres y desaprovecha el talento
    que pueden ofrecer al ámbito de la dirección. En favor de las propias organizaciones, de las
    mujeres y de la sociedad en su conjunto, es necesario lograr una verdadera equidad de género
    potenciando la promoción y permanencia de las mujeres en todos los niveles jerárquicos de las
    organizaciones sociales, económicas y políticas.

    ¿Podemos hablar de discriminación laboral?


    No podemos negar que el papel social de las mujeres es relevante, su acceso a la
    educación se ha conseguido de forma generalizada y su participación en el mercado laboral ha
    aumentado significativamente. En nuestro entorno más cercano, los cambios sociales
    acontecidos en los últimos tiempos, como es el caso del gobierno paritario de nuestro país,
    pueden hacer pensar que la discriminación de género es una imagen del pasado, una situación
    finalmente superada. Sin embargo, bajo esta imagen de aparente igualdad se oculta una
    situación en la que se sigue manteniendo la segregación laboral entre la población femenina y
    masculina, siendo las mujeres las que tienen las peores condiciones laborales. Entre otros
    muchos aspectos, las mujeres ingresan un salario menor que los hombres por trabajos de igual
    valor, tienen una mayor tasa de desempleo, ocupan las categorías más bajas o tienen peores
    formas de contratación.
    Si estos aspectos demuestran que hoy por hoy todavía existe discriminación de género,
    todavía son más llamativas las diferencias entre mujeres y hombres en el acceso al poder. De
    hecho, las mujeres encuentran grandes dificultades para acceder y permanecer en los puestos
    de responsabilidad en todos los ámbitos, bien sea político, económico, laboral, social, judicial,
    universitario, etc. A medida que ascendemos en la organización laboral la presencia de
    mujeres es prácticamente inexistente, estando los puestos de mayor responsabilidad ocupados
    principalmente por hombres. Sigue siendo, por tanto, excepcional la presencia de mujeres en
    los núcleos de poder y en los niveles más altos de toma de decisiones de las organizaciones,
    que parecen reservados casi exclusivamente a los hombres.

    Los prejuicios y los arquetipos


    Las conductas de relación que implican un rechazo instantáneo hacia unas personas
    determinadas, tanto como aquellas conductas que implican una aceptación
    total, sin fisuras, suponen la existencia de prejuicios, basados en valoraciones
    —negativas o positivas— de tipo social o individual.
    Los prejuicios y arquetipos sociales suponen una esquematización de la
    realidad, acorde con unos modelos de persona deseables. La discriminación
    y el rechazo hacia una persona o colectivo considerado como diferente suele
    basarse en la atribución de rasgos o características físicas, psicológicas o sociales,
    generalmente infravalorados por diversas razones: el género, una cultura
    determinada y diferente a la propia —o la consideración de una falta de cultura—
    una raza, una minusvalía física o psíquica, etc. En definitiva, toda característica
    que no se ajusta al modelo establecido como normal y deseable.
    La percepción de una persona a la luz de un prejuicio o de un arquetipo es
    una percepción monolítica, unidimensional y, en la mayoría de los casos,
    deforme.
    Las relaciones interpersonales que se establecen sobre la base de ideas preconcebidas
    o prejuiciosas acerca de las personas no permiten un real conocimiento
    personal ni social.
    Los roles y las características preconcebidas que se suelen otorgar a los niños
    y a las niñas —por ser niños o por ser niñas— a la niña gitana por ser gitana,
    y al niño desgarbado por tener una particular figura, no sólo impiden un auténtico
    conocimiento de la persona como tal, sino que también dificultan un desarrollo
    psicológico y social satisfactorio.
    La población infantil, al carecer de instrumentos de crítica y de análisis de
    los aspectos más complejos de la realidad personal y social, es muy sensible a
    la interiorización de estos prejuicios y arquetipos. Ello conlleva a menudo el
    etiquetaje de compañeros o compañeras como personas deseables o no deseables,
    sin realmente comprender el motivo de muchas de las atribuciones que se
    les otorgan. Este etiquetaje, fruto de una educación social determinada, suele
    ser difícil de movilizar sin una reflexión y un cambio de puntos de mira.
    Además de los prejuicios que se manifiestan con respecto a aspectos físicos
    no valorados, o rasgos culturales diferentes al propio, entre otros muchos,
    los prejuicios y los arquetipos por razón de género surgen de forma extraordinariamente
    frecuente en los ámbitos escolares, suelen ser a menudo inamovibles,
    y se caracterizan por una gran irracionalidad.
    Comprobar el esquematismo y la limitación que supone la atribución de
    características prejuiciosas y monolíticas a las personas, así como el papel negativo
    que ello juega en el desarrollo de la personalidad, tanto de quien manifiesta
    los prejuicios como de quien los padece, constituye un objetivo importante
    en la educación de niños y

    El origen del género en la sociedad

    Muchos son los estudios que pretenden explicar el origen del género a partir de una forma específica de organización que adoptaron las diferentes sociedades en su desarrollo y que trajo consigo una división sexual del trabajo. En esta división le correspondió a la mujer el espacio de la casa por su capacidad para gestar y amamantar a los hijos. El cuidado de ellos se le asignó más allá del tiempo en que era imprescindible su presencia, es decir, cuando ya cualquier adulto podía realizar esta función. Por proximidad espacial se ocupó del resto de las funciones vinculadas al espacio de la casa.

    Una mirada más crítica de esta realidad apunta a que la capacidad de gestar y amamantar de la mujer le confería el poder de la garantía de su continuidad como especie, lo que le estaba vedado al hombre. La inseguridad de los hombres acerca de la paternidad de los hijos y su necesidad de tener esa certeza cuando había acumulado riquezas y quería transmitirla a su descendencia, fueron condiciones que indujeron la idea del control de la sexualidad de las mujeres mediante el matrimonio y el confinamiento al espacio de la casa como garantía de seguridad para la paternidad de la descendencia y de la conservación de los bienes acumulados. La existencia de una sociedad sin género es un tema en discusión, sin muchas evidencias para probarlo; pero de lo que si hay un convencimiento es de que las formas en que se dan las relaciones entre mujeres y hombres, y los roles asignados a cada uno, varían de una sociedad a otra, lo que apoya la idea del carácter construido por la influencia cultural de lo que denominamos género, y de la necesidad de realizar el análisis de cualquier realidad, a partir de su contextualización sociohistórica.

    Sin embargo, toda la diferenciación y la identificación de los géneros como lo visto anteriormente tiene también consecuencias sociales menos que deseables. La diferenciación misma del género, al igual que en casos como la raza o las tendencias religiosas, genera choques cuando se intenta imponer una sobre la otra. En palabras de Maria Mercedes Gómez (Los Usos Jerárquicos y Excluyentes de la Violencia - en Justicia y Género en América Latina)"la violencia por prejuicio tiene, entonces, entre sus causas primordiales la necesidad de marcar diferencias entre colectividades hegemónicas y no-hegemónicas con el fin de reproducir arreglos sociales que benefician a las primeras... por ejemplo, la violencia contra las mujeres emerge como problema social en un contexto de misoginia, la violencia contra los hombres gay, las lesbianas y los transgeneristas en un contexto de heterosexualidad obligatoria y de homofobia y la violencia contra una raza en un contexto racista". En estos casos de género, donde las personas no sólo pertenecen a las características “normales” (el uso de la palabra normal siempre es excluyente pues intenta estandarizar un deber ser para todos) sino también a grupos diferenciados, es solo visible en la hostilidad de su forma de relacionarse con los otros grupos. La creación de estas categorías y aún de los mismos mecanismos legales para combatirlas puede ser en sí misma un arma discriminatoria, pues crea la apariencia de que la igualdad formal opera y que por lo tanto no es necesario preocuparse por la igualdad material, que es la que realmente afecta la vida de los individuos en los grupos discriminados por el género, pues normativamente es muy difícil establecer reglas positivas que apunten directamente contra ellos. Lo que ocurre entonces, en sintonía con esta invisibilización, es que se crean normas que aparentemente no son directamente discriminatorias contra un género, pero sí lo son al aplicarlas. Un ejemplo de esto es el intento legislativo de definir como matrimonio una unión entre un hombre y una mujer, pues degrada las uniones que puedan existir entre otros géneros.

    Respeto a la diversidad.

    NO SOMOS TAN DIFERENTES

    La diversidad y el género


    En la gama infinita de identidades de genero posibles, tantas como personas que existen, formulada en la múltiple articulación de los elementos valorados en positivo o negativo que distinguen a los sujetos de unos a otros. Los elementos antes mencionados abran las condiciones y las situaciones de género, edad, clase, nación, etnia, lengua, preferencia sexual, filiación política, capacidad económica, escolaridad, ocupación, conyugalidad, fe religiosa, y todas las demás posibles.
    Marcela Lagarde dice, que la combinación de estos elementos esta limitada por la variedad de situaciones concretas y cada caso queda marcado por la muy particular forma en que cada sujeto cada momento de su vida, introyecta en su continuidad de la cultura, el disediratum genérico y cada uno de los elementos articulados de manera especifica y única entre ellos.
    Entonces diríamos que la concepciones de genero están totalmente desligadas con las diferencias o diversidades humanas, y lo que solo busca es la asignación o existencia de una identidad en un ser humano.
    Al elaborar el rastreo bibliográfico de este ensayo encontré varias connotaciones de instituciones importantes para la política, y es interesante hacerse las pregunta que tipo de concepciones nos están introduciendo entonces sobre genero y los derechos de las personas o
    mejor dicho ``derechos humanos.´´ Las ideas encontradas fueron los aportes que da la UNESCO, como las orientaciones principales de un plan de acción para la aplicación de la declaración universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, las cuales son.
    1. Favorecer el intercambio de conocimientos y de las prácticas recomendables en materia de pluralismo cultural con miras a facilitar, en sociedades diversificadas, la inclusión y la participación de las personas y de los grupos que proceden de horizontes culturales variados.
    2. Alentar, a través de la educación, una toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y mejorar, a este efecto, tanto la formulación de los programas escolares como la formación de los docentes.
    3. Elaborar políticas y estrategias de preservación y valorización del patrimonio cultural y natural, en particular del patrimonio oral e inmaterial, y combatir el tráfico ilícito de bienes y servicios culturales.
    Como observamos las políticas de estas declaraciones casi no mencionan las perspectivas de apoyo e inclusión de los conceptos de genero, a la diversidad cultural, solo haciendo referencia de los aspectos ligados con la atención de grupos culturales a nivel étnico – social. Ahora bien hablaremos de la Igualdad que en este caso esta imposibilitada, desde las percepciones de la autora Marcela Lagarde, en la que menciona en un supuesto humanista, las aspiraciones de deseo y esperanzas presentes en discursos, declaraciones, demandas y propuestas basadas en concepciones libertarias y democratizadoras de la vida.
    Las realidades sociales concretas de los géneros, de las personas y de los grupos, las igualdades son aun un solo concepto y un proyecto.
    ``El derecho a ser lo que eres donde quiera que esté ´´, dijo a IPS Sakiko Fukuda-Parr, directora del informe elaborado cada año por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). ``La libertad cultural en el mundo diverso de hoy ´´, que subraya la necesidad de que la identidad cultural sea reconocida como uno más de los derechos humanos básicos.

    LA DIVERSIDAD CULTURAL UN OBSTACULO PARA LA UNIDAD DE GÉNERO


    El hombre y la mujer es a la ves producto de la evolución biológica y protagonista de la cultura que el genera, y esto va creando una diversidad en todos los sentidos del ser humano, es por ello que ahora, que el termino ``Gènero´´ tiene varias
    perspectivas, nos hacemos la pregunta, ¿La diversidad Cultural un obstáculo para la Unidad de Genero?
    Es pertinente reconocer el término de Diversidad de Culturas, cuando ahora existen conceptos como el multiculturalismo el cual según la UNESCO, en el 2001, lo define como las situaciones que enfrentan varias sociedades en las que conviven varios grupos o personas que pertenecen a su vez a las culturas diversas, sin tener en consideración el estilo de vida elegido.
    Y también retoma las bases en las cuales se especificaron aspectos relacionados con la diversidad cultural y su vinculo con la concepción de genero humano las cual planteaba, que La diversidad cultural, un tema presente en la UNESCO desde su Constitución, es hoy una de las grandes preocupaciones de la Organización y, como tal, figura también en el orden del día de la Conferencia General.
    En noviembre de 2001, la anterior reunión de dicha Conferencia adoptó por aclamación una Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural con el objetivo de responder a los desafíos que plantea la mundialización en materia cultural. Esta declaración solemne considera por primera vez que “la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos”.
    Empezaremos definiendo la cultura, como lo dice Luís J. Gallagher (2003 p3), la Cultura toma sentido, a través del lenguaje, pues este no solo representa un modo especifico de equiparar al individuo con medios simbólicos de relación y comprensión de la realidad, sino que también hace obtener un conocimiento preciso de la cultura por el hecho de que en el se incluyen formas de designar las cosas y el comportamiento de los miembros de una sociedad. Entonces ¿nos volvemos culturales cuando nos asociamos integralmente con los demás? ¿Cada quien con sus características humanas específicas? Podemos llamar a la cultura nuestro primer enlace de interacción con los demás. Muchas veces se tiene la idea errónea de cultura en cuanto que se piensa que esta se designa y engloba al mundo de los artistas, pero esto no es así. No es cultura solo una actividad de alguien que por determinadas circunstancias expone sus obras pictóricas en una galería de arte por ejemplo, sino que es todo lo que cualquier hombre hace y recibe en el seno de su comunidad, así todos creamos cultura y vivimos en ella, condicionándola y siendo condicionados a la vez. Pensar en que las condiciones de crisis y multiculturalismo en que se encuentran las sociedades del mundo en estos últimos tiempos, y en los que existe una gran inseguridad en cuenta al futuro en general, e incluso en cuanto al futuro próximo, tantos los grupos culturales como los de los individuos, en tiempos en que le es costoso a cualquier persona auto identificarse y entender la compleja trama socio – cultural en la que se desenvuelve, es necesario que los que destetan el poder, “los amos del mundo” Como dice Bordieu, tomen conciencia de la importancia de las necesidades reales del hombre como ser humano y como ser sensible. Que exista diversidad cultural, advierte la existencia de diferentes identidades culturales individuales en una misma sociedad que en ocasiones se ve enfrentado, por los estereotipos, los prejuicios y las malas interpretaciones, actitudes a estas situaciones que dañan gravemente el desarrollo de las personas y por lo tanto de la sociedad. Según Luís Gallagher, destaca que problemas estructurales como la creciente ampliación de entre riqueza y pobreza, cambios de constitución de la familia y en el rol de la mujer, aumenta el empleo precario y el desempleo, nuevas formas de violencia y marginación, fragmentación de las ciudades, racismo desatención sanitaria, educacional, social, tiene efectos dentro de una estructura social.
    Importante destacar estos factores para así hacernos la pregunta ¿Qué tiene que ver la unidad de género? Se esta oyendo los últimos años la expresión de “Genero” y muchos se imaginan que es solo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos, pero detrás del uso de esta palabra se esconde toda una ideología que busca precisamente hacer salir el pensamiento de los seres humanos de esa estructura bipolar. Algunos expertos afirman que estas diferencias de maneras de pensar, obrar y valorarse así mismo son el producto de la cultura de un país y de una época determinados, que les asigna a cada grupo de personas una serie de características que se explican por las conveniencias de las estructuras sociales de dicha sociedad. Es cuando es pertinente reconocer y analizar en que consiste la “Libertad de Genero” esta idea “Revolucionaria para muchos, su consecuencia es que se haya negación de que exista una naturaleza dada a cada uno de los seres humanos por su capital genético (Marcela Lagarde, Cap.3). Las consecuencias de las connotaciones y malas interpretaciones de lo ¿que es genero?
    Es importante definir el concepto de genero y sus diferentes perspectivas como lo citaremos continuación, por medio de varios autores que se manifestaron en el congreso “Roles socialmente constituidos”, por la Organización de las Naciones Unidas en Moscú, 1995. “El genero se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo.
    Se puede decir que este término, podría incluir una serie de factores inaceptables que incluyera la tolerancia de orientaciones e identidades homosexuales entre otras cosas. Según Bella Abzug, “Genero” ha evolucionado, diferenciándolo de la palabra sexo para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambios.
    Una vez hechas estas definiciones, nos convertimos en los que la cultura piensa, que cada uno es un femenino o un masculino. Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresiones naturales genéticas, el género según Oscar Alzamorra, 1998, es producto de la cultura y el pensamiento humano y que tiene una construcción social que crea la verdadera naturaleza de todo individuo.
    Por consiguiente el Genero es una construcción cultural; no es ni resultado casual del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo, al decir que el genero es una construcción radicalmente independiente del sexo, el genero mismo viene a ser un objeto libre de “ataduras”; en consecuencia hombre y masculino; podrían significar un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino.
    Hoff Sommers, discute los problemas culturales que arraiga por ejemplo: “el feminismo de equidad” es sencillamente la creencia en la igualdad legal y moral de los sexos. Verdaderamente creemos que al hablar de la diversidad cultural como obstáculo de la unidad de género, creemos que solo tendría que ver con la equidad feminista.
    Como dice Marx, “Toda historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido, en una batalla que se resolverá solo cuando los oprimidos se percaten de su situación, se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos”.
    Bien radical este pensamiento, es importante hacer una relación del “GENERO Y CULTURA”, desde la perspectiva de la Interdisciplinariedad en el enfoque de genero, Marcela Lagarde, en el articulo de su libro “la construcción de las humanas” detalla algo importante, como: “El Genero” se construye con una visión interdisciplinaria amplia y abierta que conyuga de diferentes saberes científicos, paradigmas y procesos de construcción del conocimiento”.
    Así, se aborda la realidad y sus transformaciones históricas para dar cuenta de los múltiples procesos biológicos, psicológicos, sociales y culturales que articulados en una unidad histórica dialéctica, integran la sexualidad humana.
    Ahora bien después de exponer lo que la autora menciona sobre el genero y distintas disciplinas, retomemos lo siguiente. La Cultura es el resultado de la acción de los seres humanos entre ellos mismos, sobre la naturaleza y sobre la sociedad. En esta interacción se construye la sociedad y la cultura. En este sentido, esta el contenido de la construcción histórica de los seres humanos.
    La cultura se entorna al trabajo, a las relaciones sociales diversas entre los seres humanos, a las capacidades intelectuales y afectivas, y también en entorno a la sexualidad a la vez que la sexualidad se constituye por ella.
    Al hacer estas reflexiones sobre la base de la cultura orientada al género encontramos los términos como el DESIDERATUM, o se puede llamar mandato cultural que cada sociedad en torno a la sociedad, se forman y se estructuran las personas, los géneros y sus relaciones.
    Desde la perspectiva de género es posible analizar las relaciones entre mujeres y hombres, entre hombres y mujeres. Según Marcela Lagarde, define el “Disederatum”, constituyen el deseo social de que los individuos sean de una manera y no de otra; al tempo en el que el disederatum es culturalmente impuesto a los sujetos de cada sociedad logran lo que hagan suyo, como impulso y deseo, las personas, y las instituciones inventadas en el disederatum mismo.
    Si entendemos el disederatum induce a los hombres hacia la sabiduría, la autonomía económica, la creatividad, el desarrollo personal, la autoafirmación, y las demás formas que le permiten construirse o vivir como seres para si mismos. En cambio a las mujeres las encierra la sumisión, la ignorancia, la debilidad, la pobreza, la dependencia, la rutina, la negación de si mismas, los cautiverios en que se las forma y las que les compete actuar y vivir como seres para otros. ¿Cuándo se convierten en obstáculos estas diversidades entre hombres y mujeres? Se cree que los hombres y mujeres no están obligados a cumplir con la totalidad de las exigencias sociales impuestas a los géneros de cada cultura; los cuales podríamos definirlos como “mínimos aceptables para el reconocimiento suficiente de los sujetos del “deber ser” como mujeres o como hombres. En estas muestras pequeñas de tolerancia en donde se producen los cambios históricos que antes mencionamos como “disederatum” de cada cultura, y donde se crean los espacios para inventar y poner en acción alternativas inéditas. ¿Qué tipo de mujer y hombre puede ser culto? Si bien hemos explicado la perspectiva histórica desde el de decidir hasta las concepciones del “ser” y el “deber ser”. Para eso detallaremos el género y la cultura.

    Genero (Concepción Cultural)
    Marcela Lagarde, define que el genero constituye en la relación entre lo biológico: Cultura las concepciones de tipo: valores, las normas, los mitos, los ritos y las tradiciones, que definen, marcan y controlan las relaciones entre los individuos y los grupos y también el sentido de sus cambios. Como mencionamos anteriormente, el género tiene carácter histórico, es más amplio que el sexo, y lo contiene. Podemos definir entonces que el género es un concepto integral, dinámico, e histórico, el género en otras palabras, es el conjunto de maneras aceptadas históricamente de ser mujer u hombre en cada época, en cada sociedad y en cada cultura.

    La diversidad cultural en México


    La diversidad lingüística en el mundo

    En el mundo se hablan alrededor de 6 mil lenguas, pero solo el 1% de ellas son lenguas oficiales en alguno de los cerca de 200 países que existen actualmente. Alrededor del 3% son habladas por más de un millón de personas, mientras que cerca del 90% tienen menos de 100 mil habitantes.
    Estas cifras nos muestran que la coexistencia de Pmuchas lenguas minoritarias junto a una mayoritaria, tal como ocurre en México, es lo común en casi todo el mundo.

    La diversidad lingüística en México

    México es uno de los países con mayor diversidad lingüística en el mundo, no solo por la cantidad de lenguas originarias que aquí se hablan , sino por la variedad de sonidos, estructuras gramaticales y formas de ver el mundo en ellas contenidas.
    Además, esta gran cantidad de lenguas son habladas por más de 10 millones de mexicanos el mayor contingente indígena del continente americano.

    Las lenguas indígenas mexicanas

    Las lenguas indígenas, como todas, forman un sistema lógico completo, resultado de años de creación cultural colectiva, que permite a sus hablantes expresar y transmitir, por escrito u oralmente, cualquier idea, sentimiento o percepción de una manera particular.
    También son similares al resto en tanto tienen variación dialectal; es decir, diferencias de una región a otra. En el caso de algunas lenguas (como el zapoteco, el chinanteco o el mixteco), estas variaciones son tan amplias que sus habitantes pueden llegar a no entenderse de una región a otra, por ello generalmente se les considera no como una sola lengua sino como varias.

    Los nombres de las lenguas indígenas

    Los nombres con los que han sido conocidas las lenguas indígenas históricamente no son, en su mayoría, las formas con las que sus habitantes las llaman ni con las que se identifican; se trata más bien de nombres impuestos y a veces con significados despectivos.

    Lenguas nacionales de México

    Si bien no está establecido en la Constitución, el Español es la lengua oficial de México. También es la lengua mayoritaria pues casi todos los mexicanos la hablan, incluido el 80% de la población que habla alguna lengua indígena.

    Las lenguas indígenas son minoritarias por el número de habitantes y también porque no gozan de los mismos derechos que el Español aunque, desde marzo de 2003, son reconocidas en la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas como lenguas nacionales.

    El multilingüismo en el México contemporáneo

    Conocer una lengua distinta de la materna es una herramienta que amplía nuestras posibilidades de comunicación y una ventana que permite asomarnos a formas distintas de entender y expresar el mundo.
    La mayoría de los indígenas tiene la riqueza de conocer al menos dos lenguas distintas, la materna y el español, además de otras lenguas o variantes de su región y, en el caso de algunos migrantes, el inglés.

    La población indígena, eminentemente rural, ha estado inmersa en la dinámica de migración que ha caracterizado al campo en las últimas décadas. Muchos de los idiomas son hablados en diversas partes del territorio nacional y de los Estados Unidos de Norteamérica.

    Diversidad cultural.


    La diversidad cultural se refiere al grado de diversidad y variación tanto a nivel mundial como en ciertas áreas, en las que existe interacción de diferentes culturas coexistentes.

    Muchos estados y organizaciones consideran que la diversidad cultural es parte del patrimonio común de la humanidad y tienen políticas o actitudes favorables a ella. Las acciones en favor de la diversidad cultural usualmente comprenden la preservación y promoción de culturas existentes.

    La Declaración universal sobre la diversidad cultural, adoptada por UNESCO en noviembre de 2001, se refiere a la diversidad cultural en una amplia variedad de contextos y el proyecto de Convención sobre la Diversidad Cultural elaborado por la Red Internacional de Políticas Culturales prevé la cooperación entre las partes en un número de esos asuntos.

    Diversidad de género y liderazgo...


    Muchos países y sectores sufren ya en todo nivel un déficit de gente capaz que irá empeorando. Hacia 2040, en la UE faltarán 24 millones de trabajadores entre 15 y 65 años. Elevar la proporción femenina, pues, reducirá la brecha a tres millones. En EE.UU., la jubilación de una masa que nació entre 1946 y 1953 significará que las empresas pierdan creciente número de personal superior o experimentado en un lapso relativamente breve. Hacia 2012, un quinto de la población activa (más de 16 años) cumplirá 65 y la tendencia proseguirá hasta 2018. Los desajustes entre capacitación y empleo también suelen mermar la mano de obra profesional. En Gran Bretaña, los sectores con predominio masculino y déficit de oferta laboral abarcan, entre otros, ingeniería y tecnología informática. No obstante, 70% de las mujeres con grados o preparación en ambos campos, ciencias, etc., no está trabajando en ellos. Aparte de permitir a las compañías cubrir brechas de personal capacitado, la diversidad de género atrae y retiene mujeres aptas para otros fines o negocios. Así, un estudio de la Comisión Europea (Bruselas) demuestra que 58% de las firmas con programas de diversidad de género logran mayor productividad y 62% admite que esas iniciativas ayudan a detectar y contratar ejecutivas valiosas.

    Las diferencias personales que provienen del género.


    El modelo masculino preconizado por nuestra sociedad tiene algunas características muy destacadas que lo definen esquemáticamente: los hombres niños pueden ser algo rudos —pero nobles—, no suelen poner demasiado énfasis en la exteriorización de sus sentimientos —ya que ello es signo de debilidad—, pueden ser amantes de la aventura y el riesgo, han de ser asertivos y contundentes en sus decisiones, etc. El modelo femenino tiene asimismo sus correspondientes características: las mujeres y las niñas son sensibles, tiernas en sus relaciones, expresan con facilidad sus sentimientos, se inclinan a ayudar a las demás personas, y también necesitan protección, seguridad y estabilidad.
    Los niños suelen rechazar a las niñas en momentos en que la supuesta debilidad femenina puede ocasionarles trabas e impedimentos. Generalmente el modelo de brusquedad y valentía en una actividad como el juego es fuertemente valorado por los niños y no se suele poner en causa. Sin embargo, las niñas a menudo rechazan este tipo de juegos masculinos. Ahora bien, al mismo tiempo, es frecuente también que las propias niñas manifiesten desagrado hacia el modelo femenino, caracterizado por la ternura y debilidad ante ciertas situaciones. Así, mientras que el modelo de femineidad se puede poner en entredicho, no suele suceder así con el modelo masculino.
    Pero también se dan otras formas de comportamiento que permiten contemplar otros aspectos de las relaciones entre ambos colectivos, masculino y femenino. Ello acontece cuando las niñas desarrollan características que habitualmente son consideradas como propias de niños; por ejemplo, la independencia, el espíritu de aventura y la contundencia en sus decisiones. No quiere ello decir solamente que las niñas se limiten a valorar y asimilar el modelo habitualmente otorgado a los niños, sino también que, en un momento dado, algunas de ellas desarrollan unas cualidades o características que otras niñas suelen inhibir, precisamente por considerarlas propias de niños. Las primeras pueden, por consiguiente, integrarse en el mundo masculino. Sin embargo, la reacción de muchos de los varones suele ser la de mostrar una cierta superioridad, desdén, a veces hilaridad, condescendencia, protección, incluso tolerancia; manifestaciones que se hallan todas ellas en la frontera de la aceptación y la distancia. Todo ello contemplado desde la perspectiva de un modelo masculino, impermeable a cualquier cambio en su idiosincrasia.
    Estos sencillos análisis, que no son más que una descripción de los comportamientos que suceden en la vida diaria de niños, niñas, hombres y mujeres, pueden aportar elementos para la construcción de un modelo de colectivo que contemple la diversidad de las personas que lo componen. Ello requiere que estas personas, sea cual sea su sexo, desarrollen, pongan de manifiesto y valoren positivamente diferentes características y cualidades, tanto aquéllas que son consideradas masculinas como aquéllas que son consideradas femeninas,
    según el arquetipo cultural que impera en nuestra sociedad. Así, si las niñas pueden manifestar sus aspectos de independencia, gusto por el riesgo, ponga mos por ejemplo, los niños pueden manifestar sus aspectos sensibles, tiernos, su capacidad para tener cuidado de otras personas, características generalmente inhibidas por considerarse de menor valía para un varón. Un modelo de colectivo que contemplara la diversidad entre las personas de ambos sexos habría de hacerse eco de las especificidades de cada individuo y de la riqueza y variación de identidades.